El dolor, es un mecanismo del cuerpo, que aunque es muy
desagradable, es imprescindible, porque es la forma que tiene nuestro organismo
de avisarnos de que algo no está funcionando bien. El problema del dolor, es
cuando se cronifica, excediendo su labor de avisar, para mantenerse en el
tiempo. A esto lo llamamos dolor crónico, y este problema lo sufre un 10% de la
población.
Este dolor crónico no se atribuye a la descarga de
estímulos dolorosos desde un tejido
lesionado, como sí ocurre por ejemplo, desde un ligamento del pie tras un
esguince, un hueso de la muñeca tras una fractura, o un tendón del codo después
de un sobreesfuerzo.
El origen del dolor en estas circunstancias se debe a
la Sensibilización Central. La
Sensibilización Central es un mecanismo mediante el cual el Sistema Nervioso
Central (cerebro y médula espinal) amplifica las señales que le llegan, o las
genera en base a los procesos memorizados de anteriores experiencias de dolor.
Se relaciona con situaciones clínicas como la fibromialgia,
migrañas, y dolor atribuido al sistema musculoesquelético.
En el caso de, por ejemplo, un dolor crónico de la mano, no
son los músculos, articulaciones, nervios periféricos, tendones,… de la mano
los responsables. El problema reside en el Sistema Nervioso Central encargado
de recibir la información de esta zona, procesarla y generar una respuesta. Es
un error, un desajuste de los mecanismos de control del dolor.
El dolor crónico es un síntoma de
"desconfiguración" del sistema nervioso central.
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